Es
innegable el legado cultural que ha dejado Alberto Aguilera Valadez a la música
popular mexicana, sus canciones han acompañado por lo menos a tres generaciones
de mexicanos que hemos llorado, sufrido, reído y ¿Por qué no decirlo? bebido al
son de su música.
Lo que realmente me preocupa es el tinte que tomó la figura
de Juan Gabriel tras su muerte, pues parece que representa para los mexicanos
en el siglo XXI lo que en el XVIII la misma Virgen de Guadalupe que bajo su
imagen logró que un puñado de campesinos se levantaran contra el régimen virreinal.
Pareciera ser el tema tabú de moda, en redes está permitido burlarse de los
gordos, de los flacos, de los 43, de los maestros de la CNTE, de las madres
solteras, de los que juegan Pokemon… ¡Ah, pero eso sí, a Juan Gabriel ni lo
toquen! A tales extremos ha llegado el fanatismo (Porque no encuentro otra forma de llamarlo) que se logró que Nicolás
Alvarado renunciara a la dirección de TV UNAM, bajo el lema de: “Es que su
discurso es clasista” Supongo entonces que burlarse de las madres solteras no
es clasista, que mencionar que los profes de la CNTE son “mugrosos piojosos” no
es clasista, que ponerle a un par de palabras el sufijo “tl” para burlarse de
cómo hablan los indígenas no es clasista, o peor aún dudar sobre el
nombramiento de una persona a un cargo porque “Es un fresita mamón hijo de mami”
no es clasista. Porque permítanme decirles que el clasismo tiene la
particularidad de ser bidireccional. El desprecio de las clases “altas” a las “bajas”
es clasismo, pero también lo es al revés.
Seamos francos, somos un par de ñoños
los que hoy por hoy vemos TV UNAM y la programación había subido su calidad desde
el nombramiento de Alvarado como director. Fueron muchos los que se quejaron
por el nombramiento, pero nadie propuso a nadie más. Y fueron esos mismos los
que ahora, escudándose en Juan Gabriel, aprovecharon para pedir su destitución
de la dirección de un canal que ni veían, ni verán.
Me preocupa la gente que defiende a la
internet como el medio de la pluralidad siempre y cuando lo que digan los demás
no me ofenda. En la generación RBD, que es la que hoy predomina en internet, me
parece increíble que la palabra “naco” les cause tanto dolor, cuando hace unos
meses al mismo mártir mexicano no se le bajaba de naco por su cover a
Creedence. Cada grupo social mexicano tiene su propia palabra para decir naco, si no me cree pregúntese cómo llama el grupo social al que pertenece a las personas que no piensan igual.
Habría que replantearnos realmente lo que es la tolerancia y qué tan
dispuestos estamos a predicar con el ejemplo, quizá la manera de enunciar de
Alvarado no fue la mejor, pero créanme que al Divo de Juárez cosas peores le
dijeron y no creo que ahora que está muerto esto le haya hecho mucho daño.